Al final se me han hinchado las narices de ver cómo todos los periódicos y televisiones se hacen eco de la fantástica noticia del nacimiento del torito clonado y, especialmente, lo que me ha tocado la moral lo suficiente como para lanzarme a hacer un post aquí incluso después de tanto tiempo, es el hecho de que absolutamente en todas ellas se ponga la puntilla de "Es un gran paso que puede ser determinante a la hora de preservar especies en peligro de extinción". Que no es, ni más ni menos que una burda excusa para hacer un quiebro a las críticas, puesto que algo tan absurdo como la clonación reproductiva, que es de lo que se trata en este caso, y tan inmoral, requiere, y esto es bien sabido por los expertos, unas buenas motivaciones y justificaciones para contrarrestar el rechazo natural que genera.
Pues es posible que esa excusa funcione con el 98% de la población, pero el 2% restante (los que tenemos dos dedos de frente o un poco de idea de ecología...) la oímos y/o leemos y los despreciamos y acabamos teniendo que hacer post cagándonos en la madre de todo el mundo. Porque lo que hacen con sus excusitas es implantar en la población en general, que no tiene otra cosa para informarse (o por lo menos, es lo que más a mano tiene) que lo que los medios de comunicación le sirven en bandeja y que no va a pararse a buscar cinco pies al gato, ideas que no son para nada ciertas. Así que voy a quejarme al viento y quién sabe, igual consigo reducir ese 98% a un 97.99%. Eso ya sería un gran logro.
La cosa es bastante sencilla, en realidad. Sin entrar en debates éticos sobre si eso "está bien" o "no está bien" (criterio totalmente humano por otro lado y, por lo tanto, totalmente expuesto a todo tipo de variaciones), solamente quiero comentar por qué me repatea que hablen de conservación de especies como excusa cuando, llevándose de esa manera, la conservación de especies no sería tal, y que veáis la sarta de sandeces que nos pueden llegar a soltar para que nos quedemos contentitos. También, por qué no soñar, contribuir a que esta pequeña parte de la sociedad que pudiera pasar por aquí adquiera un pensamiento un poco más ...ecológico, en el sentido de entender cómo funciona esto de la naturaleza.
Cuando hablamos de conservación de especies estamos aludiendo a un concepto mucho más general, que es la Conservación de la Biodiversidad, en mayúsculas porque me parece un concepto precioso…desvirtuado como tantos, pero precioso, y que es algo mucho más complejo que el mero intento de que no desaparezcan más especies y que nos mantengamos con un mismo número. La conservación de especies en sentido estricto no es más que una pieza de ese engranaje, que ayuda a mantenerlo, pero no es, ni mucho menos, solamente un número que cuanto más grande sea, mejor.
Por un lado, la diversidad genética es FUNDAMENTAL para asegurar el mantenimiento de las poblaciones y por tanto de las especies. Y esto, quien más y quien menos lo intuye, porque es un conocimiento al alcance de mucha gente que en las familias reales, en pequeños pueblos aislados, y en general, en los casos en que se reproducen individuos de la misma familia entre ellos con freuencia, aparecen problemas genéticos cada vez peores, en función de la cantidad de generaciones que se hayan reproducido sin que haya entrada de genes nuevos. La reproducción sexual (la de toda vida con macho y hembra, para entendernos) está diseñada para que cada individuo nuevo sea la mezcla de dos conjuntos de genes diferentes. Así se consigue, por un lado, introducir pequeños cambios en la especie, que son los que luego permiten que se adapte a otros ambientes o que sobreviva cuando hay cambios en las condiciones, lo cual, repito, es fundamental para que una especie tenga una probabilidad mínima de perpetuarse en el tiempo (puesto que las condiciones son siempre cambiantes; uno nunca sabe cuando un volcán se va a tirar un peo de cenizas y te va a cambiar el clima localmente durante un par de años, y tienes que tener algunos de tus compañeros de especie preparados para sobrevivir a eso, o te extingues). Pero también, por otro lado, la mezcla de dos colecciones de genes distintas en muchos casos sirve para compensar los fallos que cada una de ellas pueda tener.
Simplificándolo mucho, si mi madre tuviera cualquier enfermedad hereditaria como por ejemplo…diabetes mellitus, pero los genes de mi padre están limpios de esta enfermedad, yo probablemente me salvaré de tenerla. Pero si mi padre fuera hermano de mi madre, también tendría la enfermedad o sería portador, y eso haría que la probabilidad de que yo estuviera enferma se elevara más del doble. Ahora imaginad que yo no tengo más remedio que reproducirme con mi hermano, cuyos genes están igual de “defectuosos” que los mios…Y así sucesivamente.
Esto se llama consanguinidad y es uno de los mayores enemigos de la conservación de la biodiversidad, porque esto también se da cuando quedan pocos individuos de una especie, como es el caso de muchas que actualmente están en peligro de extinción. Estos individuos no tienen más narices que reproducirse entre los cuatro que quedan y esto lleva, si no sucede un cambio que provoque una entrada de genes nuevos, invariablemente a la extinción de la especie.
La biodiversidad tiene, por tanto, un componente genético. Se llama diversidad genética y sólo tenéis que sumar 2+2 para concluir que por medio de la clonación reproductiva ( es decir, crear individuos con exactamente el mismo contenido genético) nuestra contribución al mantenimiento de la diversidad genética es 0. Seguramente cuando un ganadero suelta “esto puede ayudar a la conservación de especies en vias de extinción” porque se lo ha dicho el científico de turno no piensa más allá, pero yo sí, y me pregunto cómo. Quizá es que lo que pretendería el grupo de investigación hacer es coger y clonar a un par de linces, ya que entre ellos parece que no tienen muchas ganas de reproducirse, hacer 20 copias y soltarlos en Doñana, y así contribuir a la conservación de la especie…
Reintroducir en su hábitat a individuos criados en cautividad, como sería el caso, y que sobrevivan no es nada fácil, y aún lo sería menos si su carga genética es pobre, por no estar sometida a esa varibilidad necesaria que os he comentado. Y por supuesto, ahora ya sabéis que la eficacia reproductiva de esos linces gemelos sería penosa, y que en unas pocas generaciones aparecerían miles de pequeños fallitos genéticos que se convertirían en grandes fallitos genéticos al cabo de otras pocas generaciones y …adiós especie. Aunque, por si acaso alguien quisiera sacar la puntilla, esos genes estuvieran incluso seleccionados sin enfermedades o defectos, varias generaciones de consanguinidad (y más una consanguinidad total como esta) son capaces de acumular y convertir en fatal cualquier pequeña mutación espontánea.
La finalidad de los programas de conservación de especies debería y de hecho es, teóricamente, garantizar la continuidad de la especie en el tiempo, de forma autónoma y natural auque hayamos tenido que intervenir en algún momento. Pero la idea es que se la saque se un embrollo (en el que generalmente la habrán metido nuestras acciones) y que después, por medio de la aplicación de cuantas medidas de protección sean necesarias, la especie se reproduzca y por sí sola alcance sus niveles de automantemiento, no que tengamos que hacer nuevos inputs de individuos cada x años. Obviamente y, como ya hemos hablado, esta finalidad no se iba a alcanzar por medio de la clonación, pero sí se alcanzaría la que es, en la práctica y hoy en día, la finalidad común de los programas de coservación y que es ni más ni menos que solicitar una ayuda, embolsarse los cuartos, meter 20 individuos en una reserva lo justo pa que aguanten unos cuantos años hasta que se le pueda echar la culpa a otro si desaparecen, ser noticia, hacerse la foto, contentar a la Unión Europea y si te he visto no me acuerdo.
Luego uno piensa “bueno, también puede ser que lo que estén pensando es en hacer una colección de clones de cada especie que interese, mandar una a cada zoológico del mundo y ¡tachan!, ¡hemos garantizado la conservación de especies!”. Estoy segurísima, de hecho, que esa es la idea que tienen los responsables de este “hallazgo milagroso”, o quien carajo haya dicho que la clonación ayuda a proteger las especies.
Hacer eso y pretender hacerlo pasar como conservación de biodiversidad para, sobre todo, presumir, que es lo único que interesa, presumir, presumir, presumir… de patrimonio biológico y de ejemplo de conservacionismo es lo equivalente a fotocopiar los cuadros del museo del Louvre, colgarlos en la pared de tu casa y decir que tu patrimonio cultural es equivalente al de París. Todavía peor, porque eso, que lo haga cualquier loco, pues allá él, pero imaginad que ahora es el propio país es que hace fotos a todas las obras del Louvre y monta un museo en Madrid con ellas pretendiendo que tengan el mismo valor que las originales…Sería inconcebible, ¿verdad?
Vuelvo a recalcar que la conservación de especies no es coleccionar especies como quien colecciona Pokemon y el que más especies vivas ha logrado mantener gana. La biodiversdad es algo con un nivel de profundidad tan grande que es absurdo pretender siquiera mantenerlo con algo tan costoso, controlado y acaparado por las altas esferas del poder científico y económico como es el proceso de clonación. En el tiempo que han tardado en realizar el experimentito de los cojones hasta que han tenido algún resultado se pueden haber extinguido miles de especies de invertebrados o de vertebrados “no chulis y adorables” como los anfibios, los peces o los reptiles. Sí, sí, ESOS bichos tambén son biodiversidad, pero ¿a que nadie se va a molestar en clonarlos para conservarlos?. Y, en otro orden de cosas, no voy ni siquiera a intentar estimar la cantidad de cosas que se podrían haber hecho para colaborar activamente y de forma mucho más útil en la conservación con el dineral invertido en el tema. Y ahora venid y decidme que lo que les interesa es conservar las especies y no la investigación en sí o el dinero en sí.
Pero aún me queda un aspecto clave, y volviendo al tema del sesgo hacia las especies a proteger/clonar… los que estamos más o menos puestos en el tema somos conscientes de que nadie va a dar un duro por proteger algo como esto:
Que yo lo veo y se me ponen los pelos como escarpias igual que a ti, y, por tanto, asumimos que lo que vende es esto:
Eso, por más que a veces nos duelan los millones de especies olvidadas cuyo papel ecológico es irreemplazable, hay que aceptarlo y promoverlo, porque esa es la única manera de coseguir que la gente se involucre, que se consigan fondos y en general, que se pueda hacer algo para la protección y conservación de esa especie, y además, y aquí viene el punto clave al que quería llegar, también para la conservación de su hábitat, es decir, el lugar en el que habita. Y, en consecuencia, conservando también todas las especies que viven en él, aunque sea de manera indirecta y en mayor o menor grado. Si se establece un Parque Natural en un charco de agua de Alicante porque a la Cerceta pardilla, un patico que está protegido por estar en peligro de extinción en toda Europa, na más que le apetece que anidar ahí, pues ya hemos protegido un hábitat y por tanto a todas las especies que vivían ahí, aunque a nadie le interesara proteger al mosquito gigante del Hondo que va y te pica en toda la mano cuando vas a sacar la foto a la cerceta, o a la rana común que se lo come cuando, ebrio de tu sangre, vuela errático a posarse en cualquier lugar.
Por tanto, uno de los componentes más importantes en el entramado de la conservación es la conservación de hábitats, y la protección de una o varias especies “bandera” (por su simbolismo) como estas que os he mostrado, hace que esto sea posible y que, con esa excusa, se conviertan en especies “paraguas”, protegiendo a muchas más (y no solo del reino animal). De esta manera estaremos realizando una verdadera labor para la conservación de la biodiversidad global. Podemos, gracias a la ciencia, clonar a una cerceta y obtener 80 huevos de los cuales saldrán 80 cercetitas idénticas a repartir entre los diversos centros de conservación (zoológicos) del país y, puesto que ya no harán ninguna falta si hacemos lo mismo con otras cuatro especies más de aves importantes, podremos dejar secar lagunas insalubres y problemáticas como el Hondo de Elche y Crevillente. Pero eso, y espero que ahora lo comprendáis mejor, no será contribuir a la conservación de las especies y mucho menos, de la biodiversidad.
Para conservar la biodiversidad creo que lo más importante es que se garantice una conservación de la diversidad de hábitats, con la extensión y conectividad necesarias. Eso es mucho más efectivo que pretender salvar las especies una por una (ya sabéis, es imposible hacerlo de esa manera porque son … se puede considerar que infinitas, ya que se desconoce el total, y el 80% ni interesan y mucho menos para invertir en clonación). Y, por supuesto, favoreciendo y no eliminando de cuajo la propia diversidad genética de la especie, sin la cual es imposible que se perpetue en el tiempo, aparente finalidad de todo bicho viviente en este show de la vida.
Todo lo demás, amigos, no es conservación, es hacer el paripé y, por supuesto, mover la economía.
Espero con mias palabras haberos orientado un poquito más en ese tejido de la ecología en el que todos deberíamos estar entretejidos, que no enmarañados, y espero que a nadie que pase por aquí le vuelvan a dar gato por liebre los “científicos” y sus magníficas y loables motivaciones para clonar seres vivos.
Si está bien o está mal…eso ya depende de la moral de cada uno. Si queréis mi opinión, es algo totalmente innecesario e inmoral aunque se trate de “animales”, aunque permitiera salvar al lince de la extinción, aunque permitiera “devolver a la vida” tantas especies que ya no hemos conocido, o tantas que conocemos y nuestros hijos no conocerán más que en pasado. O aunque, quizá sea lo que persiguen estas investigaciones, quién sabe, consiguieran clonar una raza de toros de lidia inmunes al sufrimiento que les permitiera a los españoles seguir con sus macabras tradiciones con la conciencia aún más tranquila y sin que nadie les recrimine nada. Esto es algo que no nos hace falta, no nos corresponde y a lo que, en nuestra superioridad intelectual y moral, jamás deberíamos haber llegado.
Pero no somos los adultos racionales que creemos ser. No somos más que niños llenos de curiosidad insaciable y totalmente faltos de instinto, que jamás dejaremos de tocar todo cuanto esté a nuestro alcance y de pelear por alcanzar lo inalcanzable, haciendo “nuestro” el mundo entero, aunque ello esté a punto de acabar con nosotros.
PD. Si no me creéis con lo de las excusas echad un ojo a este artículo, por ejemplo, o a cualquier otro. Cada vez me sorprendo más. Podría estar disertando sobre esto siglos...