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lunes, marzo 02, 2009

Sobre cerdos y hombres

La yo de hace unos años se horripilaba al oír hablar siquiera de una matanza de un cerdo. De hecho, una vez estuve presente y acabé enferma de oír los chillidos de un lechón en su agonía. No hace falta decir que salí corriendo a perderme por la huerta para no oírlo, llorando a mares y negándome a probar bocado.

Han pasado los años y la yo de hoy igualmente se sigue horripilando, pero a la vez piensa una cosa: al menos, cuando al cerdo se le mataba tradicionalmente en casa, la familia sabía de dónde venía la comida que consumía. Sabían que le debían su estómago satisfecho y su salud al cerdo. No es necesario que tuviesen una elevada concepción mística sobre la importancia del cerdo en su existencia o una gran sensibilidad hacia su padecimiento, pero a nivel práctico tenían claro que este animal les permitía comer y sobrevivir de forma directa. Eran conscientes de que dependían de él, y por eso sabían valorarlo.

En nuestros días, sin embargo, id y preguntad a un niño de dónde viene el cerdo u otros animales que come. Probablemente, lo más lejos que llegará será a la estantería del supermercado y tal vez no se imagine todo el proceso necesario para que ese pedazo de carne llegue a su plato.

Es esta desvinculación con el medio la que nos está matando y está matando al planeta en consecuencia. No me gusta oír chillar de dolor a un cerdo, pero creo que me gusta menos que el ser humano sienta como ajeno aquello que le da la vida. Al fin y al cabo, como animales depredadores que somos, matamos a nuestras presas para servirnos de ellas y eso es perfectamente normal.

La única pega que le pongo es que, dados los tiempos que corren y la tecnología de la que disponemos, tal vez no sea necesario hacerlas sufrir al sacrificarlas. Si para sacrificar a perros y gatos usamos métodos indoloros por considerarlos compañeros que nos aportan bienestar, ¿por qué no con los animales que, con su muerte, nos dan la vida? ¿Hay que tener menos consideración hacia ellos por considerarlos comida?

En fin, toda esta reflexión viene por haber estado echándole un ojo a este post:

http://forestman.espacioblog.com/post/2009/02/13/vida-cerda


¿Qué opináis vosotros?


PD: Daos un paseo por el resto del blog de Forestman, no tiene desperdicio. ¡Hasta pronto!

2 Comments:

Blogger El Jose said...

¿Sabes? A veces me hubiese gustado oír chillar de dolor a un Dodo. Eso al menos significaría que quedaría algún Dodo en condiciones para chillar de dolor. No me mires así, coñe, yo ya me entiendo.

Aún así, me temo que la desvinculación del hombre con el medio empezó en el momento en que se dedicó a la agricultura, en el cual pasa a considerar posesiones a sus medios de subsistencia, y que lo que tenemos ahora es el resultado lógico de sustituir el modelo agrícola por el industrial, que supone el alejamiento del cuidado y procesado de dichos medios y al tener su producción en masa. El sujeto pasa a ser objeto y el objeto a manufactura o producto industrial. Y eso es lo chungo. La madre de todo deja de ser la tierra para ser la fábrica. La razón última ya no es el alimento sino la ganancia. El cerdo no deja de ser una simple materia prima que ya no necesita una mínima biodiversidad a su alrededor para desarrollarse. Eso ya lo hacen las explotaciones ganaderas.

Los nuevos tótem ya no son animales ni plantas, fuente de alimento; ahora lo son las plantas de producción, Coca cola, Nike, L'Oreal, Danone, Panrico. Los hombres ya no consultan su futuro al Sol y la Luna que miden las estaciones, pero se arrodillan ante el cajero automático. Y en medio de todo el silencio frío y muerto de una manufactura de plástico y metal, a veces se echa en falta el sonido de algo vivo.

Aunque sea un chillido de agonía de un cerdo, coño ya.

4/3/09 11:42  
Blogger Amada_Tierra said...

Coincido totalmente con "El Jose": el cerdo no deja de ser una simple materia prima.

A la gente le importa tres pitos que se carguen a los cerdos en general (no diré de la manera en que lo hacen), o a cualquier otro animal con el que no se vaya a sentir identificado o que no sea susceptible de llamársele mascota y sentirlo como "un humano más" con el que compartimos la vida.

Es lo que yo le pregunto a la gente: ¿no te da pena comerte un trozo de cerdo pero te niegas a comerte un trozo de perro? ¿Por qué? ¿Que el cerdo no sufre o qué? ¿Es más feo? ¿Menos listo? ¿O es porque "está para eso"? (frase que me dicen mucho y que me encanta...).

Besitos vegetarianos

:*

4/3/09 21:47  

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