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domingo, diciembre 21, 2008

Encuentros afortunados -edit-

En los tres meses que he pasado colaborando en el Parque Natural de la Font Roja, además de aprender y disfrutar como una enana en los muestreos de campo, he tenido la suerte de avistar algunos animales que no esperaba ver. Unos más que otros.

La primera sorpresa tuvo lugar revisando las fotos de las cámaras de fototrampeo. Aunque van dirigidas al registro de carnívoros, suelen aparecer también roedores y aves. Pero en una fotografía apareció algo que al principio no supe reconocer...


Pensé incluso que fuese un sapo, porque la foto no se ve muy nítida, pero al verle el pico y las franjas oscuras de la cabeza caí en la cuenta. ¡Era una chocha perdiz!

La chocha perdiz o becada (Scolopax rusticola) es un ave de la familia de los limícolas que suele criar en bosques húmedos con sotobosque. La foto está tomada en el área circundante al Parque, en el cual no se tenían citas de este ave desde 2001. Sin embargo, este año, además de esta foto, se la vio en vivo y en directo hace una semana. Se confunde tanto con el suelo por su plumaje que puedes estar a un metro de ella y sólo verla cuando al fin sobrepasas la distancia que ella considera crítica y sale volando.

El siguiente encuentro fue mucho más espectacular. Íbamos muestreando por esa misma zona, siguiendo el cauce del río, cuando una cosa negra y enorme salió volando y se zambulló en una pequeña poza. Mi compañera y yo nos quedamos heladas en el sitio, mientras el bicho nadaba de aquí para allá, así que nos dio tiempo más que suficiente para hacerle fotos (algunas un poco desenfocadas, desafortunadamente).





¡¡Un cormorán!! Eso sí es un encuentro peculiar. Mas concretamente, un cormorán grande (Phalacrocorax carbo). Este animal está asociado a la costa y los cauces de agua, y suele pasar el invierno en aguas continentales. No es difícil verlo en ríos grandes y lagunas de la Península, pero encontrárselo en un riachuelo de una anchura media de un metro es todo un espectáculo. En el Parque no existía constancia de ningún avistamiento de este ave hasta la fecha, un 10 de diciembre de este año. ¡Todavía no puedo creerme la suerte que tengo! ^_^

El siguiente encuentro fue con un ratón descarado que, por lo visto, ha aprendido que las cámaras se ceban y acude a alimentarse. Siempre salen ratones en las fotografías, pero éste (me equivocaba, Apodemus sylvaticus) ni siquiera se esperó a que nos fuésemos de allí. Un instante después de poner el cebo, el bichillo asomó el hocico y con todo el desparpajo del mundo se puso a comérselo delante de nuestras narices.


Si nos acercábamos un poco se escondía, pero al poco rato aparecía de nuevo y volvía al mismo punto para seguir comiendo sin reparo alguno, mientras nosotras le hacíamos fotos. Menudo elemento...

El último avistamiento sucedió ese mismo día. De éste no tengo foto, porque fue tal la euforia que nos entró que fuimos incapaces de hacérsela, así que os dejo una del fototrampeo (a ver si encuentro otra que se vea mejor más adelante). Conduciendo por la carretera de acceso al Parque pasadas las siete, alumbramos con los faros un par de ojos redondos.


Al grito de "¡Bea! ¡Una garduña!", detuvimos el coche y nos quedamos mirando un hermoso ejemplar de Martes foina que, parado sobre un muro y luciendo una corbata oscura en el centro de su babero blanco, nos miraba con interés. Allí se quedó, yo creo que esperando que nos fuésemos para cruzar, y allí nos quedamos también nosotras, mirándola y alucinando. Al final, otro coche pasó y la garduña se marchó, mas no sin antes dejarnos ver su preciosa y gruesa cola al darse la vuelta.

No puedo describir la sensación de euforia de esos momentos. ¿Cómo devolver estos maravillosos regalos a la Naturaleza? ¿Cómo pagarle todos esos instantes de la más pura emoción?

La única manera que se me ocurre es cuidarla, defenderla y hacer entender a aquellos que no comprenden esta felicidad que amar la Naturaleza equivale a amarse a uno mismo. No olvidemos, como dice Miguel Delibes en su libro La Naturaleza en peligro, que ella puede vivir sin nosotros, pero nosotros jamás podremos vivir sin ella.



Bilbiografía y agradecimientos

K. Mullarney, L. Svensson, D. Zetterström y P.J. Grant (2003) Guía de las Aves de España y Europa. Ed. Omega.

Atlas de Mamíferos Terrestres (2007) Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.

Pep Cantó http://memoriasdeoverlord.blogspot.com

1 Comments:

Blogger Pícara said...

Uaaaah el ratoncito es adorable *_*
(mi debilidad y tal ^^U)

Y las fotos del cormorán molan muchísimo.

Jo qué envidia, ¡yo quiero! ¡¡Llévame contigo!! xD

22/12/08 20:50  

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