Image Hosting by PictureTrail.com

miércoles, julio 12, 2006

Por senderos humanos

Cada vez que salgo al monte experimento sentimientos contradictorios. Por un lado estoy exultante. Me regocijo en el paisaje y en cada planta, insecto o pájaro. Me parecen las creaciones más maravillosas y doy gracias a la Madre Tierra por ser tan hermosa y tan generosa al permitirme disfrutar de su belleza. Pero cuando, al bajar la cabeza, me encuentro con un envase de tetrabrick o con un trozo de papel de aluminio, siento rabia y reniego del guarro, con todas las letras, que piensa que el monte es su vertedero.

Esta vez me he sentido tan harta que he cogido una bolsa que he recordado que llevaba en la mochila y me he puesto a recoger los papeles y desperdicios varios que me encontraba por la senda y los alrededores. Como imaginaba, la he llenado, aunque he de reconocer que he visto sitios muchísimo peores. En esta ocasión, además de traerme a casa unas ramitas de romero (de las superiores, sin arrancar de raíz, por supuesto), he devuelto a la ciudad lo que nunca debió salir de ella.

Una de las veces que me he agachado para recoger un paquete de tabaco vacío, me he llevado una sorpresa. Debajo de él, una araña había construido su casa con su tela como lo hubiese hecho en una piedra. Al cogerlo, he sentido como se movía por el peso. Debía ser una señora araña para notarla así. Lógicamente, he dejado el paquete donde estaba y he seguido camino, debatiéndome entre la amargura y una sensación de triunfo. Ése paquete de tabaco no debía estar ahí pero, por otro lado, no es tan malo si al final ha servido de refugio a ese animal. Como siempre sucede, la naturaleza sigue avanzando, penosamente a veces, por encima del reguero de desolación humana.

Me he encontrado en la misma situación con los pañuelos de papel. Muchos tenían algún habitante arácnido también, e incluso uno de ellos tenía una crisálida de un insecto en metamorfosis. De lo que podemos hallar en el campo, el papel es de lo menos dañino. Al fin y al cabo, sólo es celulosa vegetal. Pero, ay, las latas, los bricks, las botellas de agua vacías... No, ésas no son buenas casas. Son resistentes (demasiado, ya me entendéis), pero son resbaladizas, demasiado llamativas y concentran el calor. Pero bueno, que a nadie se le ocurra ahora ir tirando papeles por ahí para dar hogar a artrópodos desvalidos...

No es necesario. La Madre provee, amigos. Deberíamos saberlo mejor que nadie, pero en lugar de adorarla a ella, que nos da todo lo que tenemos, adoramos a dioses antropomórficos (somos unos narcisistas...) por los que peleamos entre nosotros en pos de vanas promesas. En fin, no quiero meterme en discusiones teológicas ni que me malinterpretéis. Cada uno es libre de depositar su fe en lo que desee. No importa quién digáis que creó el mundo. Tan sólo reconocedlo como la obra de vuestro dios y respetadlo.

Y llevad cuidado, pues hasta a los dioses les cuesta hacer milagros.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola; gran comentario, sencillo, escueto, pero directo.

Que triste, que algo que cuesta tan poco de evitar, no se evite; hasta donde puede llegar la estupidez humana; que falta de sensibilidad, de educación, de responsabilidad.

Todo el mundo debería ser consciente de que este planeta es de todos, que todos debemos de aportar lo mejor para con él, debemos cuidarlo por que lo tenemos prestado, no nos pertenece, lo tenemos compartido con todas las demás especies, tanto animales, como vegetales y gran paradoja, somos los que peor nos portamos con él, cuando debería de ser al revés, ya que nuestra “inteligencia” es superior y sabemos diferenciar “ se supone”, entre lo que está bien y lo que está mal.

Está claro que el sistema nos maneja, nos arrastra hasta donde quiere arrastrarnos, nos entretiene con cosas vanas y superfluas; nos tiene ocupados y absorbidos tan solo con el consumo, comprar, comprar e hipotecar nuestro tiempo a cambio de un montón de cosas inútiles que casi siempre pierden su valor cuando las tenemos; así funciona esto.

Cuánto mas efectivo sería que el medio de propagación mas importante, la televisión, nos bombardeara con mensajes positivos a favor de la naturaleza y de nosotros mismos, en lugar de tanta gilipollez publicitaria vacía y nefasta que lo que consigue es apartarnos de lo mas esencial, de los mas simple, cuidar de quien nos cuida, de la casa de todos, nuestro planeta azul.

Menos mal que aun queda una minoría como vosotras, que todavía sois capaces de
comunicar vuestras ideas, de dedicar parte de vuestro tiempo y vuestros pensamientos a favor de lo mejor que tenemos, nuestra madre naturaleza, sin ella estamos perdidos.

Seguid así, sois un bonito ejemplo.

13/7/06 10:23  
Blogger El Jose said...

No, si aún no sé cómo no militas activamente en alguna organización medioambiental, Dev. Igual me equivoco, pero si no estás ya en alguna, acabarás por estarlo. Y me alegro, porque son los únicos que retrasan (que no evitan) la inhabitabilidad del planeta. A ese respecto soy pesimista, ya que creo que los que son dueños materiales del planeta ya nos han vendido a todos por cuatro chavos, y que un montón de ellos son partidarios de la política de vivir yo bien y dentro de cincuenta años, el que venga detrás que arree. Nos vamos al carajo, pero no será sin protestar, que tampoco sería divertido...

En ese sentido estoy con Charky, hará falta una catástrofe natural sin precedentes para que se mueva un dedo. Y eso a veces, fijaos lo que pasó con el chapapote... donde se "arregló" todo "felizmente" a base de billetazos. El próximo ¿nos tocará aquí? ¿será en otra parte?. ¿Cuánto me pagarán de pensión si mi lugar de trabajo y mi casa se inundan? Que sea alto, señores, que uno tiene unos vicios que mantener.

7/8/06 13:28  

Publicar un comentario

<< Home

La Madre Tierra sufre en silencio. ¿Te atreves a ser su voz?
Hijos de Gaia
Copyright © 2005 Reservados todos los derechos.