Caminando en la nieve

Antes de empezar, voy a pedir que me perdonéis aquellos a quienes la nieve os ha causado problemas estos días. Os ruego me permitáis un poco de poesía y romanticismo: en mi pueblo nieva sin cuajar una vez cada dos o tres años ^^U



Se acerca el invierno. La tierra se cubre de un níveo manto que, más que enmascararla, resalta la belleza intrínseca a la naturaleza. Caminando bajo los copos de nieve, que descienden ligeros como plumas de ave desde un cielo insondablemente blanco, uno parece andar sumido en la nebulosa de un sueño, con el corazón en calma y, al mismo tiempo, exultante de euforia al embeberse en la danza de los cristales de nieve.

El caminante que se deleita en la caída de los copos, si por un instante hace descender su mirada al suelo que pisa, se dará cuenta que no camina solo, pues algunos de sus hermanos han contribuido con sus huellas a darle vida a los, ahora, blancos caminos.

La nieve es un muy buen lienzo para que queden impresos, o se evidencien al deshacerse ésta, los rastros de los animales que utilizan nuestros senderos y caminos en sus quehaceres diarios, seguramente menos contentos de la caída de la nieve que el caminante que los observa. Aprovechando que de nuevo he asistido al curso de Rastros, Huellas y Señales de la Fauna, impartido por Pep Cantó, y que hemos tenido la suerte (algunos compañeros me mirarían mal, lo sé...) de que nos ha nevado en la salida de campo, vamos a reconocer algunas huellas de mamíferos en la nieve, ¿os parece?

Llegamos al Pla de Gal·lers (Llano de Quejigos), una explanada abierta en la que no hay vegetación y sí barro en abundancia. Lo primero que encontramos es un charco congelado bastante grande, alrededor del cual el terreno presenta irregularidades y huecos.


Si nos acercamos un poco más y oteamos por los alrededores, encontramos varias muestras de esto:


La huella no es muy representativa (os pido disculpas por ello), pero el responsable es uno de los muchos jabalíes que se acercan a este rincón del carrascal en busca de un buen lugar donde darse un baño de barro. Esto, por un lado, lo liberará de los molestos parásitos y, por otro, probablemente lo haga más atractivo ante las hembras de su especie. Aunque con este frío, tendrán que esperar a que se descongele.

Seguimos examinando el lugar y nos encontramos con otro habitual.


La separación entre los dedos delanteros y los traseros (marcada por una ramita en la foto), y la forma alargada de la huella, nos dicen que un amigo zorro ha pasado por allí. Me pregunto qué sucedería si, además de en el espacio, coincidiesen en el tiempo este zorro y toda una piara de jabalíes... Me temo que sería el carnívoro el que saldría huyendo ^^U

Hay otros animales a los que también les gusta caminar en compañía.


Si miramos de cerca una de estas huellas...

... nos damos cuenta de que son de un grupo de muflones. Bien podría confundirse esta huella con la anterior de jabalí, pero las uñas más rectas y, sobre todo, lo numeroso del grupo no dejan lugar a duda.

También hay unos animales bastante creativos a la hora de dejar huella, no contentos con solo caminar, ¿eh, apañero?


A estos los conocemos bastante bien, ¿verdad?

O igual no tanto, y es por eso que a veces nuestras acciones acaban volviéndose, en última instancia, contra nosotros. Pero estoy divagando...

Liberada de los artificios de la tecnología y la cultura, la huella del pie desnudo de un ser humano no es tan diferente de la de nuestros hermanos salvajes, y me resulta igual de agradable.

Tal vez debiéramos caminar descalzos más a menudo.

¡Feliz invierno!



PD: Todas las fotos son originales, tomadas el pasado día 14 en el Parque Natural del Carrascal de la Font Roja (Alcoi).

PD': Tengo que poner ésta...


Es un brownie hecho por un compañero del curso. ¿Habráse visto cosa más friki? ^^