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jueves, febrero 15, 2007

Luceros

(c)Alan Dyer

Todos hemos oído hablar alguna vez del lucero del alba, o del lucero vespertino, al igual que todos conocemos perfectamente los planetas que nos acompañan en una eterna traslación en torno a nuestra pequeña estrella que llamamos Sol.

Pero ¿cuántos sabemos realmente lo que son, desde aquí, desde nuestro hogar en la Tierra? ¿Cuántos nos hemos parado a verlos y los hemos reconocido como tales?

He querido aprovechar, siendo este un comienzo de año con un cielo bastante hermoso tanto al alba como al crepúsculo, para presentaros a nuestros compañeros los planetas, pero no como tales sino como los vemos desde aquí, desde la Tierra, en forma de estáticos (y a veces en extremo llamativos) luceros, cuyos en apariencia errático s movimientos realizando bucles por la esfera celeste trajeron de cabeza a todas las civilizaciones pasadas.

Lo primero de todo es, supongo, saber diferenciar entre una estrella y un planeta. Una tarea bastante fácil cuando uno tiene el ojo un poco acostumbrado a mirar las estrellas. Tan sencillo como que las estrellas parpadean y los planetas no. No quiere decir esto que las estrellas te guiñen un ojo cuando las miras, pero sí que titilan, y a veces mucho y con interesantes colores, frente al brillo estático e inalterable de los planetas. Esto es ni más ni menos que por las limitaciones de nuestro ojo y los billones de kilómetros qu e nos separan de las estrellas. Cuando miramos una estrella está tan lejos que, aunque aumentáramos nuestra visión cientos de veces seguiríamos viendo el mismo puntito minúsculo. La luz de la estrella viaja a lo largo de muchísima distancia y tiempo, y sufre diversos fenómenos de refracción que son los que hacen que incida sobre nuestro ojo de forma diferente cada milésima de segundo, y no estamos dotados con la resolución suficiente como para distinguirla como la misma fuente de luz en cada momento, es decir, el resultado es que para nosotros el foco de luz se mueve en cada momento, pero sin que lleguemos apreciarlo de forma separada. Es por eso que vemos un puntito de luz que parpadea, casi como si ardiera como una vela allá a lo lejos.

Los planetas en cambio están muy cerca comparados con las estrellas, y basta con un telescopio de aficionado para poder observarlos en todo su esplendor como las esferas que son. Por eso, aunque su luz es modificada por la atmósfera de la tierra también, están tan cerca que esas variaciones no repercuten en la luz que llega a nuestro ojo desde ellos, y los vemos casi como una lámpara constante que brilla con una luz más o menos intensa.

Cuando se conocen las constelaciones, en seguida se descubre si hay algún planeta en ese momento en el cielo. Son bastante evidentes y en cuanto alzas la mirada al cielo ves una “estrella” más que no ubicas en ninguna parte. Basta con unos segundos para comprobar que efectivamente, esa fuente de luz esta mucho más cerca d e nosotros que el resto.

Bien pues, de los planetas del sistema solar solo cinco con visibles a simple vista desde la Tierra, y son Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno (algunos dicen que Urano…pero yo no creo que sea posible a menos que tengas una vista de águila y estés en mitad del océano pacífico…por lo menos). En este momento es posible observar los cinco, aunque ya os advierto que Mercurio es casi imposible de ver. Yo no lo he visto nunca y por eso ta mpoco voy a hablar de él. Su brillo es muy tenue y casi siempre anda pegado al Sol y al horizonte, por lo que yo, en plena ciudad, no he tenido mucha oportunidad de verlo. Pero sí vamos a hablar largo y tendido de los otros cuatro.

¿Empezamos…?


Venus

Os presento al lucero del alba o lucero vespertino (foto del principio, junto a la Luna). A la Earendil de Tolkien, uno de los silmarils, que guía a los elfos hacia las tierras imperecederas. En este momento del año no fijarse en Venus es vivir con la vista pegada al asfalto, porque sencillamente es un espectáculo que el universo nos regala cada atardecer, y es una pena que pocas personas nos fijemos en él.

Venus es el cuerpo celeste que mayor brillo tiene después de la Luna y el Sol, y a excepción de fenómenos esporádicos como los cometas o novas o alguna estrella fugaz espectacular. El brillo de un cuerpo celeste se mide con la magnitud aparente ( para entendernos, el brillo medido desde la Tierra). Se dice que la magnitud es mayor cuando el valor desciende, en una escala positiva y negativa. Así, por dar algunos valores de referencia, una estrella común como cualquiera de las de la Osa Mayor, que todo o el mundo conoce, puede tener sobre una magnitud de 0 y algo o 1. Sirio, la estrella más brillante, tiene una magnitud de -1, mientras que la Luna llena alcanza valores de -12,6; o el Sol de -26,7.

Venus alcanza magnitudes de -4,6 o -4,7. En este momento se encuentra en una magnitud -4, que irá aumentando progresivamente hasta alcan zar su máximo anual en el mes de septiembre.


Foto mía de Venus, hace unos días. Visto así no parece gran cosa, pero cualquiera que haya probado a echar alguna foto al cielo sabrá lo difícil que es que salga algo, así que como veis la cosa no es ninguna lucecita minúscula

¿Aún no os habéis fijado en él…? Bueno, tenéis un buen rato cada anochecer para hacerlo. Sobre las siete de la tarde, un minúsculo punto aparece en el cielo aún azul pálido sobre el sur, muy alto sobre el horizonte. A medida que oscurece, Venus se desplaza hacia el Oeste aumentando su brillo progresivamente hasta que se oculta sobre las ocho y algo. El mejor momento para observarlo es sobre las ocho, porque después la mayoría de nosotros tendremos montañas y demás objetos humanos por en medio para verlo.

Para el que le interese se encuentra en la constelación de acuario, e ira avanzando hacia piscis a final de mes y a lo largo del zodiaco en el año. Un fenómeno curioso es que la tarde-noche del día 19 pasará muy cerca de la Luna, una preciosa Luna creciente, a penas una hoz plateada en el crepúsculo.


Marte



Marte (naranja y a la derecha) en la constelación de Escorpio. (c)Akira Fujii

Empezamos a tener que madrugar. Marte destaca por su brillo casi siempre rojizo, de ahí que se diga que Antares, la estrella roja más grande y llamativa de las constelaciones, rivaliza con él (Marte=Ares; Antares=rival de Ares). No obstante no es este un momento muy espectacular para el planeta rojo, ya que solo brilla con una magnitud 1,3 y tan cerca del horizonte a la salida del Sol que aún no he conseguido verlo. Por poner un ejemplo, hoy se situaba justo encima de la luna menguante, que hemos contemplado embobadas y…no lo hemos visto XD. De cualquier modo se encuentra en Sagitario, en el sudeste, pero asoma poco antes de la salida del sol. Sin embargo tanto su magnitud como su altura irán aumentando con el paso de las semanas, encontrándonos con que a finales de año será visible durante toda la noche y con valores negativos de brillo aparente.


Júpiter


Al alba podemos observar también, y mucho más fácilmente a Júpiter, el gigante del sistema solar. Se encuentra cerca de Marte, al sureste, pero más alto sobre el horizonte, justo a lado de Antares (si sabéis reconocer la constelación de Escorpio, que he puesto antes en la foto, vamos, es evidente). Su brillo es mucho más fuerte, de una magnitud -2 aunque no tanto como alcanzará en meses sucesivos, llegando hasta -2,6 en el verano, y al igual que Marte y que Saturno, como ahora veremos, irá adelantando su salida hasta ser visible durante toda la noche.

Éste es del único de los planetas de los que puedo hablar de más observación que a simple vista. Este verano pasado tuve la oportunidad de verlo al telescopio y observar sus cuatro característicos satélites alrededor, como pequeñas estrellitas: Europa, Ío, Ganímedes y Calisto.


Foto megachulipreciosa que he encontrado por la red. (c) Domenico Lichelli


Saturno


Y con el señor de los anillos llegamos al final del post. Saturno ya es visible durante toda la noche, alcanzado su máximo brillo anual (magnitud 0), en la constelación de Leo cerca de la estrella Régulo, que ya os mostré en el post anterior sobre las leónidas. No es esta una magnitud muy espectacular, ya que el brillo de Saturno depende de la posición que los anillos adopten frente a nosotros. En el 2002 los teníamos justo de frente, con lo que su luz se sumaba a la de la esfera del planeta, mientras que el 2009 los veremos justo de canto y la magnitud será más baja.

Dicen que Saturno es uno de los objetos más bellos a observar con un telescopio mediocre, ya que sorprende la claridad con que se nos muestran los anillos. Yo todavía no he tenido la oportunidad de verlo, pero espero lograrlo algún día…



Conjunción de Venus(el brillante), Júpiter (al lado) y Saturno (debajo). (c) Tony Williams



En relación a esto, bueno, podríamos estar añadiendo un montón de cosas, como ocultaciones de los planetas por la luna, alineamiento de los mismos, como pasó en el verano de hace unos años (los cinco planetas visibles a simple vista se situaban al atardecer en una línea totalmente recta orientada hacia el Oeste) o también tránsitos de los planetas por delante del Sol. Pero creo que ya está bien por este post, ¿no? ^^

Añadir que este es un post introductorio de interés general. Luego, si a alguien le interesa saber algo más o en otro momento del año siempre puede preguntar o recurrir a simuladores. Uno de ellos es el programa Stellarium, un simulador de la esfera celeste en el que podemos consultar lo que se ve y cómo desde cualquier punto y en el momento que queramos del tiempo. Es un programa libre del que un día quizá haga un artículo para explicar el manejo y tal (aunque es muy sencillo) pero de momento por si a alguien le interesa, podéis descargarlo en su página web y trastearlo.


Gracias por vuestra atención y disfrutad del cielo ahora que todavía (algunos) podemos verlo a través de las capas de porquería que echamos a la atmósfera.

6 Comments:

Blogger Sinkim said...

Un post muy interesante e instructivo Darja, sobre todo para los que tenemos una cultura de astronomía muy brillante (de -15 más o menos) XDD

Por cierto, muy curioso lo del nombre de Antares :-)

16/2/07 00:02  
Anonymous Anónimo said...

Hoy volviendo de la universidad hemos visto la conjunción Luna-Venus. Estaba precioso...me encanta la Luna cuando está así, con sólo un dia o dos

19/2/07 22:47  
Blogger 河曲勝人 - Kawano Katsuhito said...

¡Maldición, no me acordaba de la conjunción Luna-Venus y me la he perdido! Y hoy no me va a ser posible echarle un vistazo... a ver si mañana por la tarde estoy atento y aún se puede ver algo.

Al menos, como te comenté en el foro, ya pude ver algo muy parecido el año pasado, a través del telescopio... justo como esa fotografía que has puesto, Venus brillando intensamente junto a la luna en cuarto menguante. Una imagen realmente inolvidable. Y es que esto de contemplar el cielo nocturno, recorrer miles y hasta millones de años luz atrás en el tiempo con sólo una mirada, y poder localizar en él a los compañeros de viaje de nuestra querida Tierra en su eterno girar alrededor del sol, para mí es uno de los mayores placeres de la vida.

Mercurio no recuerdo haberlo visto nunca. En cuanto a Marte, aún lo tengo muy nítido en la memoria, de haberlo contemplado en Griegos hace unos cuantos años, cuando fue tan notable y comentado en las noticias por estar a la menor distancia de la Tierra y ser fácilmente visible. No suelo localizarlo fácilmente en el cielo, así que aproveché bien la ocasión, tan rara para mi, de poder contemplar aquel bello lucero anaranjado en todo su esplendor durante varias noches. Pensar que lo tenemos ahí, tan cercano, tan atrayente, tan prometedor...

En cuanto a Júpiter y Saturno, a simple vista me suele costar distinguirlos. Cuando veo en el cielo nocturno un lucero blanco brillante sé con toda certeza que es uno de los dos, normalmente doy por hecho que se trata de Júpiter, pero nunca estoy seguro del todo.

Urano, teóricamente, por su magnitud aparente (+5.8) está justo en el umbral de lo que llega a ser visible a simple vista, por lo que alguien cuya agudeza visual sea muy grande y sepa localizarlo en el firmamento, en principio podría llegar a verlo sin ayuda de ningún telescopio, quizás no a simple vista pero sí con prismáticos. En cambio, para contemplar Neptuno sí que es imprescindible el telescopio, y aún así es difícil encontrarlo y no se ve gran cosa, sólo un tenue puntito verde azulado. Y de Plutón mejor no hablar, hay que ser un experto astrónomo y tener mucha paciencia para llegar a dar con él.

Un post de los de quitarse el sombrero, muy bien escrito, ameno e instructivo. Da gusto leerlo, ojalá a este le sigan todavía muchos más sobre el tema.

Enhorabuena, Darja. ;-)

20/2/07 15:18  
Blogger Ricardo Dorda said...

Aunque lo escribiste hace tiempo y lo vi, estaba bastante liado estresado y con poco ánimo blogguero. Por eso no lo lei anets ^^U

Peor bueno, ahroa que lo he leido, he de decirte que te los has currado mucho y está muy interesante. Al menos yo sobre los planetas se únicamente lo básico (en astrofísica no dijeron casi nada de ellos xD)Desgraciadamente es bastante difícil ver nada en Madrid... y cada noche q estoy fuer ay miro el cielo, pienso en como vivimos bajo un cielo artificial sin estrellas, como dentrod e una cúpula... y la contaminación lumínica sería tan sencilla de reducir (reduciendo además el consumo energético de las ciudades)... en fin, vaya asco. Un amigo que estuvo hace tiempo en el Sahara me contó que es impresionante mirar el cielo nocturno... Y yo que ya em quedo ensimismado cuando estoy en un sitio con pocas lcues ante la cantidad de estrellas y el vacio negro que las rodea... Puedod ecir sin duda que el cielo nocturnoe s una de als cosas que mas poderosamente me fascinan de la naturaleza.

Felicidades por el post!

24/2/07 21:18  
Blogger Paco Gil said...

Hola Darja, soy el blogero de Homo Sapiens, gracias por tu visita y tu comentario. Vuestro Blog es interesante y ciertamente poético, pero le echo en falta algo más de ciencia. Animo. Veo que te gusta la astronomía, entre otras cosas soy presidente de la Asociación Astronómica Orión de Almería.

Un cordial saludo.

1/6/07 18:50  
Anonymous Anónimo said...

Gracias por pasarte.

Ciertamente en este blog pecamos de sentimentalistas, tal vez, pero nuestra pretensión es llegar a la gente por medio del conocimiento y sobre todo del aprecio y respeto hacia el planeta, y creo que es más fácil contando tus propias experiencias tal como te salen del corazón que con la ciencia.

Si me permites la opinión, a pesar de oír unas tres o cuatro veces a la semana "eres una científica", la ciencia no es ni de lejos nuestra religión y no pasa de ser una manera de explicar lo que nos rodea, que puesto que sale de las mentes humanas, puede equivocarse, y jamás será una verdad absoluta. A veces hace mucho bien...y otras mucho mal.

Por eso hemos querido guiarnos por nuestra propia verdad, que es lo que sentimos nosotras hacia la Tierra y lo que aprendemos de ella y cómo lo sentimos

4/6/07 21:46  

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