Image Hosting by PictureTrail.com

jueves, enero 05, 2006

Huellas, rastros y señales.- Mamíferos I

Imaginad que este domingo os acercáis al monte para alejaros del bullicio de la ciudad (si no lo habéis hecho nunca, ¿a qué esperáis?). Sin duda, os toparéis con un montón de pajarillos que revolotean de rama en rama, e incluso alguna rapaz. Seguro que, si os fijáis, lográis contar más de veinte tipos distintos de insectos, y no será raro que sorprendáis a una lagartija que tomaba despreocupadamente el sol. Pero seréis muy afortunados si conseguís encontrar algún mamífero, y anda que un ciervo, por ejemplo, es pequeño...

La razón la tenéis en sus hábitos, generalmente nocturnos y esquivos. Ya sean carnívoros o herbívoros, lo que veréis con mayor seguridad de los mamíferos serán sus huellas y sus marcas territoriales. Descorazonador, lo sé, pero al mismo tiempo, excitante. Porque si nos fijamos bien en el suelo que pisamos, hallaremos pistas que nos dirán mucho de sus invisibles propietarios y quizás hagan subir nuestra moral detectivesca.

En este post y en los sucesivos os daremos algunas indicaciones para guiar vuestros ojos. Decir que todo es teórico, y que sólo lograréis saber con seguridad a qué animal pertenece cada rastro después de mucho rodar. Y a veces, ni siquiera así. Pero bueno, nadie ha dicho que la Madre sea siempre previsible...


Micromamíferos




Vamos a empezar por lo más complicado: los roedores de pequeño tamaño. Estos animalillos serían un gran reto para el afamado Sherlock Holmes, porque imaginad lo difícil que puede llegar a ser encontrar en el campo un excremento de ratón doméstico, que mide a lo sumo 6mm, o una huella de una musaraña común que no pesa más de 50 gramos. Es posible, doy fe de ello, pero si os ocurre, como a mí, será pura chiripa. Tal vez sea más fácil que encontréis excrementos de rata de agua, de aproximadamente 10x4 cm, si pensamos que no suelen alejarse mucho de los cauces de los ríos. De este bichillo también podemos encontrar galerías en la tierra tras el deshielo de la nieve que las cubría.

Pero bueno, en estos casos, lo mejor es acudir a los restos de comida. Si os encontráis en un pinar, recoged unas cuantas piñas. Dependiendo de su aspecto, podréis saber si pertenecen a uno u otro animal. Por ejemplo, las ardillas siempre se comen las piñas comenzando por su base, dejando en el eje algún resto de escama o hilo (ya que no las roe, sino que las arranca), y las escamas del ápice intactas.





Por el contrario, el ratón de campo deja todo el eje limpio de la base al ápice, sin ni siquiera hilos.





Y su pariente la rata negra deja todas las escamas, partidas y deshilachadas, adheridas al eje.





Y cuando decía lo de los restos de comida, no me refería sólo sus comidas. De hecho, no hay manera mejor para censar poblaciones de micromamíferos que analizar egagrópilas, que son bolas de pelo y huesos que las rapaces y otras aves no pueden digerir, y que suelen estar cerca de los lugares de reposo de estas aves. Podemos encontrar en ellas esqueletos completos (si tenéis alma de naturalista y no tenéis reparo en desmenuzar lo que podríamos llamar vómito de pájaro), según la magnitud de la comilona que se haya dado el ave en cuestión. Distinguiremos a cada roedor por su cráneo y mandíbulas. Las musarañas carecen de arcadas zigomáticas (el arco orbicular óseo del ojo) y su dentadura, propia de insectívoros, es uniforme, con todos los dientes cónicos.





El resto de roedores presenta dentición diferenciada, pero también otras características distintivas. Los lirones presentan un agujero en la parte de la mandíbula inferior que conecta con el cráneo que el resto de micromamíferos no posee. La rata común tiene un cráneo mayor que el de cualquiera de sus congéneres y unos dientes gruesos y fuertes, y los topillos tienen los molares estriados en la parte superior.

Y bueno, a partir de aquí, podéis profundizar lo que queráis. Existen incluso claves dicotómicas publicadas que os permitirán diferenciar a nivel de especie con una sola mandíbula. Por mi parte, me despido hasta el siguiente post, en el que hablaremos de los dos grandes roedores que hoy nos hemos dejado.


Fuentes:

-
http://www.sierradebaza.org/

- “Huellas y señales de los animales de Europa”, P. Bang y P. Dahlstrom. Ed.: Omega.

- Documentación del seminario de CAM Obra Social de la Font Roja “Rastros, huellas y señales de la fauna”, recopilada por José L. Cantó.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Un post muy interesante y educativo, felicidades Devioren.
Hijos de Gaia enseña, Hijos de Gaia entretiene y con esto os digo a todos hasta la semana que viene.

6/1/06 00:04  
Anonymous Anónimo said...

Que conste que la frase no es mía, es del Libro Gordo de Petete :-DDD

6/1/06 17:26  
Anonymous Anónimo said...

La información es muy buena y de gran ayuda para mí pero me gustaría que detallaran la cantidad de dientes que los roedores tienen y cuales son¿? gracias...

11/3/07 00:19  

Publicar un comentario

<< Home

La Madre Tierra sufre en silencio. ¿Te atreves a ser su voz?
Hijos de Gaia
Copyright © 2005 Reservados todos los derechos.