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sábado, marzo 04, 2006

Reencuentros

Hacía mucho que no subía aquí. Tal vez el tiempo que ha pasado desde la última vez no sea tanto, pero a mí se me figura una eternidad. Y sin embargo, una vez aquí arriba, parece como si nada hubiese sucedido en el intermedio.

A medida que me alejaba de la ciudad, el rugido de la humanidad se hacía más tenue y he notado como podía, incluso, respirar mejor. Aún en el núcleo, entre casas de campo, el mero hecho de ver volar o posados a los pequeños pajarillos y esas plantas que nadie llamó colonizando los bordes del camino, han conseguido que atisbase un poco de esa paz que me había hecho falta estos días.

Aquí, en lo alto de esta pequeña montaña, el viento frío no deja de soplar en el promontorio de roca tapizada de líquenes en el que me encuentro, y el cielo está cubierto de planas nubes blancas excepto en la línea del horizonte, donde el cielo es azul. El monte está bastante desierto, pero me ha recibido bien. Por el camino, he encontrado un rastro de nuestro amigo, el zorro que Darja y yo vimos aquí, sobre un matorral, y no he podido menos que sonreír y mandarle un saludo allá donde esté. También me he topado con un par de insectos en el camino, un pequeño chinche, que creo que llaman “de la Virgen” por el dibujo que forman sus alas endurecidas, que ha esperado pacientemente a que lo dibujase, y un rechoncho escarabajo negro que caminaba por en medio del sendero, distraído en sus tareas. A su lado, las aliagas ocultaban sus poderosas espinas con hermosas flores amarillas, creciendo en un tapiz de pequeñas crucíferas amarillas y matorrales de esparto.

Pero, sin duda, la más cálida bienvenida ha sido la de los vencejos, que ahora revolotean sobre mí mientras escribo. Ésta ha sido mutua, pues son los primeros de los muchos que cruzarán el estrecho desde África este año, como los anteriores, para criar aquí. Me postro ante su fortaleza y resistencia. Se pasean por el aire haciendo piruetas, vuelos invertidos y picados persiguiendo a los insectos, mientras en la lejanía oigo a un cernícalo que debe estar verdaderamente exhaltado, dado su canto.

A mis pies está la ciudad, en el centro del valle. Es tan enorme y cuadriculada vista desde lejos... Sigo con la vista el cauca del río, o más bien, el hilo de agua contaminada que es el Vinalopó al pasar por aquí, y por un momento, sin querer, imagino el paisaje en un futuro. La ciudad extendiéndose a lo largo de él, abarcando un terreno ya humanizado – ningún rincón aquí no ha sido hoyado por el hombre - , pero todavía sin urbanizar. Me dan escalofríos. Mejor pienso en otra cosa...

Estas tierras no tienen mucho valor, vistas fríamente. Viéndolas así, ocres y casi desnudas, no se puede pensar en nada más que en el desierto que algún día las ocupará. Pero aparecen ante mí como algo maravilloso ahora, desde lo alto de esta pequeña montaña. Estas tierras son mi hogar. Las he visto desde niña y me acercan tanto a la Madre como cualquier otra. Sólo necesito escapar de la humanidad. Sólo necesito sentir el viento en mi cara y en mi pelo, y oír, por encima del zumbido de la carretera allá abajo, los gorjeos de un vencejo recién llegado. También estas tierras son un hogar para él, y ambos las amamos, como amamos cada rincón de nuestra Tierra. Porque también forman parte del seno de Gaia, nuestro refugio, el lugar donde nos sentimos seguros pero libres.

Nuevamente, me doy cuenta de lo mucho que te he echado de menos, Madre. Espero no olvidar de nuevo que estás ahí, siempre dispuesta a acariciar mi alma y a hacerla volar por encima de lo mundano, insuflándome aire renovado e instándome a seguir soñando.


Fotografía: www.commonswift.org

5 Comments:

Blogger 河曲勝人 - Kawano Katsuhito said...

Jo, qué bonito...

Por cierto, hace tiempo que quería añadir "Hijos de Gaia" a mi sección de blogs favoritos, y por fin lo he hecho, colocando además el enlace y el banner en un sitio preferente. Aunque no os deje comentarios, me he enganchado a leerlo siempre que lo actualizáis.

Ánimo, seguid así. No debe haber por ahí muchos blogs como éste. ;-)

5/3/06 13:35  
Anonymous Anónimo said...

Muchas gracias, Katsu, por el link y por los ánimos.

Éstos últimos los necesitamos sobre todo, porque aunque queremos seguir con el blog pase lo que pase por propio enriquecimiento personal, cuesta decidirse a hacer cosas cuando se ve tan poco interés por algo que para nosotras es tan importante. Pero nos basta con saber que aunque sea una persona como tú nos anima a seguir y tenemos unas poquillas ^^

5/3/06 17:46  
Anonymous Anónimo said...

Yo desde aquí os animo en esta lucha. Si desistimos, dejaremos el camino libre para todos esos empresarios y políticos que están acabando con nuestras tierras y nuestro futuro. Ya sabes la situación de todo el Levante y esto va a más. No hace mucho que navego porque no tenía posibilidad de conectarme a la red, pero desde que lo hice estoy encontrando gente de bien como vosotros y muchos otros que me habeis devuelto la esperanza. Aquí tengo mi guerra particular con la industria azulejera y varios vertederos de residuos tóxicos que van a instalar en la provincia, uno de ellos en el pueblo en el que habito. Muchos días siento que me consume por dentro y que resta demasiada energía, pero entonces hago como tú, salgo a las montañas, por la noche, con o sin luna y me dejo llevar por mil sonidos de todos esos animales que se acercan al río. Perdices, lechuzas, sapos, liebres (o conejos, me lo tendrías que aclarar tú, solo los veo correr) que me devuelven la vida en cada encuentro que mantengo con ellos. Ya me tocó huír de la ciudad, pero mi necesidad me dice que lo seguiré haciendo, siempre contracorriente, siempre río arriba a medida que me gane terreno la industria y la ambición de suelo. No dejes de luchar, no dejes de escribir porque entonces perderemos todos.
El próximo día que suba al pico más alto de los alrededores me acordaré de vosotras y del lejano hermano. A la buena gente se la lleva dentro, a los demás hay que mantenerlos lejos.
Un agradecimiento y un saludo desde la montaña.

18/4/06 00:44  
Anonymous Anónimo said...

Jo, muchas gracias a ambos.

Jocheema, me alegro mucho que nuestros posts te sirvan, al menos, para no perder la esperanza. Que nos hayas comentado significa lo mismo para nosotras. Como dice Darja, el blog probablemente sólo sirva para que nuestra indignación no se nos quede dentro, y tampoco la admiración por la naturaleza, pero alegra saber que nuestra voz llega a más gente que a nosotras mismas. No te rindas, tú tampoco, que mientras queden ganas de luchar, podremos hacer algo ^_^

23/4/06 17:57  
Anonymous Anónimo said...

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28/3/11 11:16  

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